Si te pregunto, ¿Cuáles son los valores de tu compañía? ¿Qué me contestarías? ¿Y si le pregunto a tu superior? ¿Coincidiríais ambos? ¿Sabríais ambos porque son esos y no otros? ¿Serían los mismos valores que aparecen en la web? ¿Dirigen esos mismos valores la toma de decisiones en la organización? ¿Cuáles son tus valores como individuo? ¿Cómo concuerda ese puñado de valores de la organización con tus valores personales?
Estas ya son muchas preguntas, así que vamos a darle una vuelta al asunto.
Los valores forman parte de la cultura organizacional y social de la compañía y esto es irrepetible, no hay dos compañías iguales como no hay dos personas iguales. Esto da forma a la realidad que vive cada persona en la compañía. Cómo afrontemos esta realidad, en que valores y creencias nos apoyemos marcaran una parte muy importante del éxito o fracaso de la organización.
Pero, acerquémonos un poco más, la cultura y los valores de la organización aparecen por primera vez en la fundación de la organización, ese equipo pionero es el que convirtió una idea en realidad, el que marco el camino a seguir, el que contó la historia de para qué estaban allí, de lo qué querían conseguir y de cómo querían hacerlo, creyendo y liderando con su propio ejemplo.
Esto nos acerca a la coherencia, que sucede cuando coinciden el pensamiento, la comunicación y los actos. Esto es lo que hace posible que los valores sean algo más que unas simples palabras escritas en algún sitio, la coherencia construye historias y relatos que se pueden contrastar con la realidad que rodea la organización y a sus colaboradores.
Unos valores determinados atraen a las personas que creen en ellos, esto es lo que construye fidelización y lealtad en un proyecto. Es el primer paso en la confianza hacia organización, hacia sus lideres y hacia el proyecto que están llevando a cabo. Sin embargo, cuando en talento entra en la organización y descubre que estos valores son solo de boquilla inmediatamente la organización se convierte en el escenario adecuado para un descenso del compromiso y por tanto una fuga cada vez mayor de talento.
Quizás mostrar unos valores puede parecer urgente para competir en el mercado laboral actual, sin embargo, no por urgencia olvidemos lo importante que es la sostenibilidad e integridad para mostrar los valores reales de la organización, aquellos en los que colaboradores y clientes pueden confiar.
Sin unos valores claros, fuertes y compartidos es difícil que la organización pueda transmitir emoción, compromiso y significado al empleado para trabajar en ella y al interesado para convertirse en cliente.
Cuando vuelvas mañana, échale un vistazo a tu lugar de trabajo, escucha a tus compañeros y siente el ambiente en tu organización.
¿Hay algo que sientas que merece la pena contar? ¡Hazlo!